Assumpta Serna

Hola, Assumpta. ¿Cómo has visto el Festival este año? ¿Qué tal las películas? ¿Alguna recomendación? Gracias.

Algo me ha preocupado. Casi todas las películas tenían como centro la exploración de la violencia, del dolor. Es algo común, no solo en este festival, sino en la cinematografía de muchos países. Es como si los cineastas preguntaran al espectador “¿Es violencia lo que quieres? ¿Este es el mejor retrato del mundo en que vivimos? ¿Es el único posible?”. Y eso me genera una serie de reflexiones: ¿Por qué la violencia se compra? ¿Por qué se pueden financiar mejor películas en Europa diciendo que el mundo no tiene sentido cuando, por ejemplo, en nuestra sociedad española veo a niños y personas sonrientes en las calles? ¿Por qué en la prensa, nuestro cine no comunica buenas noticias?

En cuanto a la recomendación, la película ganadora. Creo que el jurado ha podido premiar diferentes aspectos con total honradez y acuerdo mayoritario. Eso es bonito cuando sucede. Estamos todos contentos. Eso significa que hemos sabido dialogar.

QUE TE HIZO DEDICARTE AL MUNDO DE LA INTERPRETACIÓN

La pasión por comunicar historias a otros. Quizá mi madre era demasiado buena contadora de historias.

Hola. Cuándo volveros a verte en una película española?

Eso me gustaría saber a mí. Está constando encontrar el proyecto ideal, pero también es cierto que hay menos ofertas que hace años. Ahora mismo estoy produciendo un documental para rodar en Borja, Zaragoza, sobre el caso del Ecce Homo de hace unos años con el canal de televisión Sky. El martes empezamos a rodar y acabaremos el ocho de diciembre. Espero también que alguna televisión española compre el documental como pasó con la serie de Los Borgia. Me encantaría poder decirte, Luis, que me han ofrecido el papel de protagonista en una comedia dirigida por Almodóvar o Amenavar, pero no es el caso. ¿Por qué? Supongo que es el resultado de una serie de circunstancias, pero lo cierto es que hace más de 20 años que no hago un papel de protagonista en mi país. En la serie Los Borgia, que acabó el año pasado, he rodado tres años en uno de los papeles principales y no se ha vendido aquí. ¿Por qué? No lo sé.

Este es un sentimiento de abandono que tenemos muchos profesionales y de falta de protección de una industria, de un sector, de un país... Cuando pregunto a los alemanes, a los franceses... por qué no coproducen con España, dicen: “No me fío”. Es una vergüenza ahora mismo ser español y si no nos ponemos todos a pensar que es posible cambiar esta sociedad a mejor, ¿quién lo va a hacer?

Con tu experiencia, como ves a los actores españoles de hoy? Necesitan más suerte o más formación?

Necesitan protección y una industria que les respete y les mantenga en la profesión. La suerte es cuando la oportunidad encuentra al actor preparado. La formación es fundamental y la suerte la creas a cada paso que diriges hacia una exigencia personal que te haga mejorar.

Pilar Miró, Carlos Saura, Pedro Almodóvar... ¿Cuál ha sido el mejor director con el que has trabajado?

Te contestaré con un cliché, pero lo que pienso que es verdad. El mejor director con el que he trabajo es el último, Adam Wimpenny.

La ficción televisiva vive un gran momento en la actualidad. ¿Crees que España está al nivel de otros países?

No. Tenemos muy buenos profesionales que sí están al nivel de otros países, pero no acabamos de hacerles comprender a los siete que mandan que se necesita innovar, cuidar a los profesionales y proteger a los actores españoles, haciéndoles constantemente trabajar. Es difícil cuando seis o siete personas tienen el poder de toda una industria y cuando no hay una voluntad decidida para escuchar al público en sus preferencias y cuando no hay la suficiente preocupación para educar, a unos y a otros. Hay tantas cosas por arreglar...

Me gustaría saber cuáles son tu película y tu serie de televisión favoritas

Película, 'Her' y serie, '24'.

¿Cuál ha sido el papel con el que más has disfrutado en tu carrera?

Aquellos en los que he desarrollado alguna habilidad distinta. Por ejemplo, 'El Maestro de Esgrima', con la esgrima, o cantar cuatro arias de ópera, como en 'Rossini, Rossini', o que me ha permitido ver películas de los años 40, como 'Momentos robados'. Me gustan los personajes en que investigo una época, como 'Los Borgia'. Desde los años 80 me gusta escoger personajes que tenga que aprender algo nuevo, viajar a otro país, conocer otra cultura... Siempre encuentro algo por lo que me gusta decir sí a una película. También tengo en cuenta aquellos que le han gustado más al público. Son de los que más te acuerdas, porque son los que más te repiten. En definitiva, me gusta aquello que aún no he hecho.

Emilio Martínez Lázaro, con el que has trabajado, ha reventado la taquilla española estos años. ¿Crees que fue injusto que ni siquiera le nominasen como mejor director en la pasada edición de los Goya?

Pertenezco a cuatro academias de cine: la de Hollywood, la europea la española y la catalana. La diferencia entre la de Hollywood y las otras reside en que cuando una regla queda obsoleta, se es lo suficientemente flexible como para cambiarla o poner otra. Los americanos, pese lo que nos pese, están más acostumbrados al diálogo, al intercambio de impresiones y a una gestión empresarial y están más preparados para saber comunicar sus puntos de vista. Creo que esta es la explicación por la que a los miembros la Academia de Cine española les cuesta encontrar criterios para definir la calidad de una película. Además, el público español no tiene muchas oportunidades, salvo elegir si va o no al cine, de demostrar sus gustos por el cine. Es injusto que muchos profesionales del cine tengan que dedicarse a otras cosas para poder vivir. Creo que hay tantas cosas injustas que hemos de escoger aquellas que son más prioritarias.

¿Qué es más fácil para ti, interpretar comedia o drama?

Nada es fácil. No se puede generalizar por géneros para definir la cantidad de retos que te ofrece una película. Me gustan las dos cosas, porque la vida es las dos cosas. Me gustan los personajes que tienen comedia y drama, porque esta es la verdad, pero ahora, dada la situación y contexto actual, creo que a todos nos favorece más la comedia. Me encantaría encontrar un personaje cómico. De hecho, estoy preparando una obra de teatro en clave de comedia. Espero que la podáis ver en Gijón el año que viene.

Me gustaría saber tu opinión sobre la situación política en Cataluña. ¿Crees que la independencia es buena para Cataluña?

Mi padre, con 89 años, ha colgado el último 11 de septiembre una bandera de independencia en su balcón, un hombre que vivió la guerra y que se ha declarado siempre apolítico. Eso quiere decir que en Cataluña hay una sensación y una necesidad de afirmación como pueblo, como comunidad a la que no podemos dar la espalda. He vivido, desde el año 2000 en Madrid, pero he conservado mi casa desde 1985, aunque he estado viviendo fuera. Tengo, por tanto, una visión pobre sobre la historia de Cataluña en los últimos 20 años. Aún así comprendo por qué se sienten molestos cuando no ha habido capacidad por las dos partes de encontrar un diálogo.

Creo que la independencia no es mala ni buena para Cataluña, lo importante es saber si funciona para el objetivo que los catalanes tienen de formar una España confederada como otros países. No es que se quiera romper con España, sino otro sistema político.

Hablando con algunos catalanes sobre este tema, piensan que es mejor controlar a cinco millones que a 30 y quizá en esto tienen algo de razón. Es decir, como ciudadano, en una sociedad tan corrupta como la que hay ahora, se necesita creer en algún sistema que puedas realmente sentir una diferencia con tu voto. Ahora mismo creen que ellos pueden hacer esa diferencia con los recursos que tienen. Es un país trabajador que puede conseguir lo que quiera por su gran capacidad de adaptación. Cataluña es a veces testaruda, a veces malinformada, a veces pueblerina, pero han conseguido conservar la ilusión por hacer una sociedad mejor y en estos momentos es bastante importante. ¿Tú qué piensas?

¿Es cierto que el escándalo de las taquillas infladas para lograr subvenciones era un secreto a voces en la profesión?

Sí. Una ley se puede siempre mejorar, criticar, pero es conveniente no manipularla. Las leyes que hemos tenido de cine han permitido que alguien, no todos, pudiera manipularlas. Como en todas las profesiones, hemos tenido una sociedad permisiva donde el listo era el que hacía trampas. Creo que cada persona ha de ser suficientemente responsable para no ser tramposo y que, además de una reflexión personal, lo que está pasando debe llevarnos también a ser más responsables colectivamente para que nuestra profesión se organice en un código de buenas prácticas que genere confianza a empresarios, por ejemplo, de otros sectores si queremos que financiación privada llegue a nuestras películas. Este momento puede ser muy bueno para reflexionar en nuestro comportamiento ético.

Desde la Fundación First Team, desde 2009, como fundación privada, estamos desarrollando un
Código de Buenas Prácticas del Actor en el Audiovisual (CBPAA) que 50 fundaciones, asociaciones, profesionales y un equipo de juristas hemos redactado para evitar, precisamente, comportamientos poco éticos o tramposos. Me gustaría que noticias como esta ayudaran a difundir el código en las asociaciones profesionales que no han permitido hacerlo. Esta noticia llega en un momento en que sí hay manipulación política, pero también ha de servir para hacer una reflexión profunda sobre nuestros comportamientos éticos.

El modelo de financiación del cine que teníamos durante estos años no existe y tenemos que intentar, como colectivo, generar toda la confianza en nuestro sector para que la financiación privada pueda entrar en nuestras películas. El público también debe sentirse responsable y cada profesional del audiovisual debería agudizar su sentido de responsabilidad para procurar que cada acción fuera ética y así mejorar su calidad en el trabajo, su colectivo y su sector y, con ello, la sociedad.

Los dirigentes políticos que hemos tenido tampoco han sido ejemplares en su ética. Tenemos un país en el que la picaresca del siglo XVI todavía existe. Tenemos que modernizarnos y tomar responsabilidad por nuestras acciones.

Te manejas bien en varios idiomas. ¿Hay algún truco para lograrlo?

Mis seis idiomas me han dado una ventaja diferencial sobre otros muchos actores y creo que ahora mismo, dada la situación global y las posibilidades que te presenta internet, debemos hacer un doble esfuerzo para comunicarnos en diferentes lenguas. Es más fácil que nunca entrar en diferentes mundos. El truco que he encontrado más eficaz es el de querer a una persona que hable el idioma que quieres aprender. A través de una real escucha y de unas ganas de estar con el otro aprendes la lengua muchísimo más rápido.

De los seis lenguajes (catalán, español, portugués, francés, inglés, italiano), ¡he tenido novios en cinco lenguas! ¡Ayuda mucho! (risas). He escrito un libro en el que lo explico, lo de los momentos amorosos, saldrá pronto. Así que, José, léelo si puedes.

Has trabajado mucho fuera de España y comenzaste a hacerlo muy pronto. ¿Crees que el actor español está acomodado en ese sentido?

España es un país en el que se vive bien. Tenemos problemas de poder mantenernos en nuestro trabajo, pero creo que es fundamental que aprendamos de otras culturas porque siempre tenemos los mismos problemas, pero llegamos a soluciones distintas. No debemos acomodarnos nunca a solamente estar contentos con lo que hacemos, sino que tenemos que intentar siempre mejorar. Eso no quiere decir que no podamos ver el lado positivo de lo que hacemos, porque si no estamos abocados a la sensación de fracaso continuo. También, si nos acomodamos, no estamos innovando, no estamos regenerando ni creando nada nuevo. La comodidad no es un valor, pero tampoco tenemos que ponérnoslo tan difícil. Esa delgada línea, esa lucha interna entre polos opuestos es eficaz para seguir sintiéndote vivo.

Eres profesora de interpretación. ¿Hay algún joven actor que pase por tus manos al que debamos prestar especial atención?

De los 2.000 alumnos que han pasado por la Fundación First Team, un 10% quieren realmente hacer esta profesión como primera elección. De ellos, a 40 les aconsejo que lo dejen. De los otros 160 hay solo un 10% que consiguen su propósito, que es trabajar en su profesión. No tiene que ver con belleza, sino con seguridad en uno mismo, formación y el intento de querer hacerlo. Es decir, la búsqueda de la excelencia en cada cosa que haces. Ser exigente con uno mismo es una de las claves del éxito.

Por mi escuela han pasado actores que ahora son famosos, pero nunca puedo decir que es gracias a mí que lo son, sino a su constancia y pasión por su trabajo. Desgraciadamente, no hay plataformas donde los actores puedan realmente unirse y crear conjuntamente cortometrajes, películas... Nostros en la fundación queremos dar esa plataforma y las herramientas para que eso pueda ocurrir.

¿Qué habrías hecho de no ser actriz?

Quizás ser periodista. Quizás hubiera ido a cubrir guerras o a difundir actos sociales de otros. Me gustaría solo usar el poder de la pluma para contar noticias buenas, no solo atrocidades o comunicar solo el lado malo de las cosas, pero, como actriz, pienso que mi profesión sirve para contar historias de la forma más poderosa que conozco, a través de imágenes. Para mí, ser actriz significa intentar cambiar nuestro mundo a mejor y contar historias que sirvan para emocionar, reflexionar, sentir...

Trabajaste en Falcon Crest ¿Era el rodaje tan glamuroso como la serie?

Nunca un rodaje es glamouroso (risas). El glamour solo sirve para soñar un mundo mejor. ¿Qué haríamos sin fantasía? En un rodaje, el glamour sirve para estirar los límites de lo que es posible, de entender lo que te apetece. Para mí, glamour fue conducir a las seis de la mañana en un Pontiac Transam descapotable blanco. Con eso me conformé. Con el poder del acelerador a toda pastilla por Whilshire Boulevard...

¿Fue muy duro trabajar fuera de España siendo tan joven?

No. Cuando se es joven es cuando se tiene más energía y más osadía para descubrir, aprender otras culturas. Quizás, lo único que me faltó y que le hace falta siempre a las nuevas generaciones es el escuchar a las personas de más edad. Eso hace que parezca que tenemos que inventar la rueda una y otra vez, pero no es duro cuando tienes la arrogancia de pensar que hacer cine es lo que más te gusta y es lo que haces mejor.

¿Se asumen riesgos en la producción audiovisual española? ¿Se apuesta realmente por la calidad?

Una producción audiovisual controlada por los productores de las cadenas es difícil que pueda asumir riesgos. El cine español no sabe todavía medir la calidad. Parece que solo nos importa todavía medir la cantidad. Entre todos tendríamos que hacer un esfuerzo, incluido el público, para acudir a aquello que realmente le gusta y exigir que sean posible un diálogo entre público, profesionales, instituciones... para ponernos de acuerdo en que en cada película hubiera criterios para definir la calidad, como la diversidad. Para que una película sea de calidad debe contemplar diferentes puntos de vista y optar por una rigurosa honestidad en lo que se quiere contar. Eso, desgraciadamente, sí que es un riesgo que todavía no se asume.

¿Cómo ha visto la Sección Oficial de este año? ¿Hay alguna película que destaque?

Todas las películas que el jurado ha querido destacar son las que hemos premiado. Hemos tenido la suerte de poder repartir con orgullo los premios, con honestidad. Es decir, hemos dado a cada película que ha destacado por algo un premio. Unas veces ha sido el director, otras veces el guion, otras la dirección artística... Incluso hemos dado una mención especial.

¿Hubo mucho debate para escoger a la película ganadora? 'The Ardennes' es un película que podría estar en los Oscar y si no le dan algo, me borro del FICX el año que viene. Advertidos están. (es broma)

Es curioso que muchas de las películas que se han visto este año son películas donde la violencia parece la única salida de una sociedad enferma. Siempre encontraremos personas que se identifiquen en algún momento con esa frustración, pero creo que es más importante dar un mensaje de esperanza, de humanidad, de honestidad, unas relaciones entre las personas.

¿Va a ganar la película más rara de todas, como siempre pasa, o ya nos estamos quitando esa etiqueta absurda de cine 'indie' relacionado con cine que nadie entiende?

Creo que, definitivamente, nos la tenemos que quitar si queremos que el cine siga existiendo. No entiendo el cine que no tiene en cuenta al público, no solamente para entretener, sino para emocionar, sentir, reflexionar... El cine lo hacemos para que el espectador se mire a forma de espejo y se compare. Si no entiende lo que ve, no cumple con el único propósito por el que hacemos cine todo un equipo de una película.

Una película 'indie' es aquella que arriesga, que prueba otros caminos, pero nunca puede dejar de entretener al público que lo mira.

¿Te gusta más el Festival de Gijón con Nacho Carballo al frente o prefieres el de Cienfuegos en Sevilla?

(Risas) Al de Cienfuegos en Sevilla no he ido todavía, pero supongo que fue el que me dio el premio Nacho Martínez hace unos años. El de Nacho Carballo me ha parecido un festival amable y a un nivel internacional estupendo.